lunes, 25 de septiembre de 2017

LITERATURA DOMINICANA








Lluvia (Cuento)





El día que Amantina empezó a sentir los apremios

 del parto, el cielo gris presagiaba lluvia. Su marido,

 Bernardo, envióa su pequeño hijo a buscar con 

urgencia a la comadrona. 



Robertico se lo comunicó a la partera y la mujer 

se alistó lo más rápido que pudo. En pocos minutos

 llegaron a la humilde vivienda y entró al cuarto donde 

la casi madre se quejaba de sus dolores.

Puso manos a la obra y minutos después, con los 

primeros vestigios de claridad de los relámpagos que

 iluminaban la habitación oscurecida por el torrencial,

 nació la criatura.









—¡Es una niña! –le anunció la comadrona al nervioso

 padre, tan pronto la tomó en sus manos- 


Y de inmediato preguntó:


:—¿Pensaron qué nombre le van a poner? 


Bernardo sentenció:


—¡Se llamará "Lluvia", para que

 siempre recordemos este día!



—¿Lluvia? ¿Y cómo se va a criar con ese nombre? –

preguntó Amantina, desaliñentada, aunque 

consciente de que nadie lo haría desistir.






La tormenta pasó y pocos días después la pequeña 

estaba declarada con el original nombre. Creció y con

 el paso del tiempo mostró cualidades que la hicieron 

muy apreciada por todos, pues era alegre, cantarina, 

persistente, romántica, nostálgica y de gran carisma.

 Hasta comentaban que todo lo que tocaba florecía.









La mamá y el hermano están convencidos que la 

decisión del padre de ponerle así no fue tan desacertada

 como pensaron al principio; y Bernardo se siente satisfecho

 y convencido, además, de que quien lleva el sol por dentro

 resplandece sin importar el nombre de su acta de

 nacimiento.



Arq. Alberto Vásquez.-








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